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SIEMPRE OS SUELO DECIR QUE EL OBJETIVO PRINCIPAL DEL SER HUMANO ES LA FELICIDAD. ES UNA META A VECES DIFICIL DE ALCANZAR, PERO PARA IR CON...

sábado, 18 de abril de 2020

LA PASCUA (semana 20 - 24 abril 2020)



 INFO RECOGIDA DE https://www.significados.com/pascua/

La Pascua celebra la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado, según se relata en el Nuevo Testamento de la Biblia. 
 Es la celebración más importante de la Iglesia cristiana.



La Pascua es también conocida como Día de Pascua, Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección, Domingo de Gloria o Domingo Santo.
Con la Pascua finaliza la Semana Santa, días en los que se conmemora la crucifixión y muerte de Jesús el Viernes Santo y se celebra su resurrección y aparición ante sus discípulos el Domingo de Pascua.
 
Con la Pascua inicia un periodo conocido como Tiempo Pascual, que dura cincuenta días, y que finaliza el Domingo de Pentecostés.


Según las Sagradas Escrituras, con la Pascua Dios da a los cristianos la esperanza por la resurrección y por una nueva forma de vida, representada en el regreso de Cristo de entre los muertos.

La Pascua es una fiesta móvil, cuyo día varía cada año. Esto se debe a que la fecha no es fijada siguiendo el calendario civil, sino por el año litúrgico, que se rige por los ciclos lunares.

Así, la Pascua se ubica siempre después de la primera luna llena luego del inicio de la primavera en el hemisferio norte, y del otoño, en el sur.
En este sentido, la Pascua puede celebrarse entre los días 22 de marzo y 25 de abril. Y el día en que esta cae es importante para calcular también las fechas de otras fiestas religiosas, como el Pentecostés y la Ascensión.

Origen de la Pascua

El origen de la celebración de la Pascua se encuentra en el Antiguo Testamento de la Biblia, en el libro del Éxodo. Allí se narra la marcha del pueblo de Israel del cautiverio en Egipto hacia la tierra prometida, y se explica cómo debe ser llevada la celebración pascual para el pueblo hebreo.

Los cristianos, sin embargo, separaron la celebración de la Pascua judía y cristiana en el Primer Concilio de Nicea (año 325 d. de C.), y definieron así los elementos propios de la celebración cristiana, que festeja la resurrección de Jesucristo.

Símbolos de Pascua

Conejo de Pascua

El conejo de Pascua es símbolo de la fertilidad, pues, al final del invierno y principios de la primavera, en el hemisferio norte, era cuando comenzaban a aparecer los animales con sus crías, recordando el renacer de la tierra.

Huevo de Pascua

El huevo de Pascua representa el inicio de la vida. Por esto, en varios países se regalan huevos de chocolate a los amigos y la familia para desearles una buena Pascua.

Cirio pascual

Es un cirio grande y decorado con una cruz en el centro que se usa durante la Vigilia Pascual. Su luz simboliza la resurrección de Cristo.

Flores

Las flores representan la vida y la alegría por la resurrección de Jesús y la nueva vida que él nos trae. Los templos suelen ser adornados con muchas flores este día.

La luz

Las luces tienen un protagonismo especial es las celebraciones pascuales: son ellas las que nos evocan la idea de que la Pascua es el regreso de la luz para todos en la resurrección de Cristo. Por ello, se recurre no solo a cirios sino a colores claros, alegres y festivos.

Pascua judía

La Pascua, también conocida como Pesaj, es la festividad judía que conmemora la salida del pueblo hebreo de Egipto, relatada en el libro bíblico del Éxodo. El pueblo hebreo considera que este hecho marca el nacimiento del pueblo como tal.
La celebración coincidió en el mes hebraico (Nissan) que corresponde a los últimos días de los meses de marzo y abril, cuando comenzaba la estación de la primavera.
Los judíos siguen con la tradición contemplada en el libro Éxodo. Durante la festividad, que se realiza durante siete días, es servida una cena especial con pan ácimo, vino, hierbas y cordero, donde se reúne toda la familia. Durante estas fiestas está prohibida la ingesta de cereales fermentados.


EN EL SIGUIENTE VIDEO TENEMOS UN RESUMEN DE LO LEIDO Y UN TUTORIAL PARA REALIZAR UN CIRIO PASCUAL
 (AL HACERLO ME MANDÁIS UNA FOTO)
 Y COMO TRABAJO FINAL DEBEREIS JUGAR AL SIGUIENTE JUEGO...


INFANTIL

LA LEYENDA DEL CONEJO
 DE PASCUA


“Había una vez un conejito que vivía en un cerro lleno de árboles de aceitunas. Todos los días venían muchos niños a jugar al cerro. Al conejito le encantaba oír la risa de los niños. Pero lo que más le gustaba al conejito era oír la voz del hombre joven que a veces jugaba con ellos. 


Cuando se cansaban se sentaban en corro y el hombre joven les hablaba con esa voz tan dulce y hermosa que hacía suspirar al conejo. Entonces, se acercaba para oír mejor y algún niño pequeñito lo acariciaba mientras oían al amigo grande.

Cuando caía la tarde, los niños se levantaban para regresar a sus casas y entonces sus caras resplandecían con la misma bondad que brillaba en el amigo. Y el conejito se iba a su cueva con el corazón lleno de felicidad.
Cierta noche, Blanquito, que así se llamaba el conejo, sintió ruidos en su cerro, y como era curioso, corrió a ver de qué se trataba; tres hombres roncaban junto a unas piedras y más allá, sí: Estaba el Amigo Grande; corrió sin hacer ruido hasta donde se encontraba de rodillas Él. Pero se detuvo.



 La hermosa cara del Amigo reflejaba tanta pena, una aflicción tan grande; había miedo también en la expresión del Amigo Bueno. Blanquito hubiera querido consolarlo, pero como era sólo un pobre conejito blanco, se echó a llorar a mares, con todas sus fuerzas, sintiendo la pena y el miedo del Amigo.
Entonces Él lo vio. Lo tomó sobre su corazón y le empezó a explicar con su preciosa voz serena que lo llenaba de emoción.


-Mira Blanquito, van a venir unos hombres a buscarme, porque me van a matar.
El conejito pensó rápidamente que con sus colmillos iba a hacer una gran cueva, donde esconder al Amigo.

 
-Leo tus pensamientos, Blanquito, -le dijo el Amigo;- pero es preciso que yo muera. No llores así, tan fuerte, que no podrás oírme y tengo algo importante que decirte.

 
Curioso y asustado, se calló Blanquito, para oír al Amigo.

 
-Cuando yo muera, -prosiguió el Amigo, - los niños van a estar muy tristes, porque no saben que al tercer día voy a resucitar.

 
-¿Qué es resucitar?,- pensó con tristeza el conejito.

 
-Resucitar - dijo el amigo – es estar vivo nuevamente.

 
Entonces, al conejito le dieron ganas de reír de pura felicidad.
Decía Él, que era necesario que muriera, pero si iba de nuevo a vivir, ya no importaba tanto.

 
-Yo quiero que resucite “al tiro”,- pensó el conejito. Así los niños se alegrarán mañana al verle…

 
-¿Cómo voy a saber que es el tercer día?- pensó – porque los conejitos no van a la escuela, no saben contar.

 
El amigo leyó su pensamiento, y le dijo:
-Cuando yo muera, y se ponga el sol, va a ser una oreja. Al otro día, cuando se ponga sol, va a ser la otra oreja. Y el que venga después, va a ser la cola. Ése va a ser el tercer día; entonces, voy a resucitar y tú serás el encargado de decirles a los niños.

 
-Pero si yo no sé hablar- pensó Blanquito.


-Escucha, Blanquito, el día de mi resurrección, tú vas a poner huevos de chocolate para los niños, al pié de los olivos.

 
Se rió Blanquito, pensando que el Amigo no sabía que los conejos no saben poner huevos como las gallinas. Pero más tranquilo, con la esperanza de la resurrección, se fue a dormir a la cueva.

 
Al otro día temprano, vio que en el cerro frente suyo, se elevaban tres cruces de madera, que antes no estaban.



Hubiera querido ir a mirar, era tan curioso, pero había mucha gente, y las personas grandes lo asustaban.
Más tarde, cuando casi todos hubieron bajado, se atrevió Blanquito a correr al otro cerro.


En la cruz del medio, estaba elevado y amarrado el Amigo. Debajo, una mujer tan hermosa como Él, lloraba acompañada de otras mujeres y de un muchacho, a quien Blanquito había visto con el Amigo. Entonces cuando Blanquito creyó que no podía soportar tanta pena, la tierra tembló y el sol empezó a oscurecerse.


-Una oreja –pensó Blanquito, acordándose de las palabras del amigo.



El otro día fue muy triste en el cerro, pues los niños no vinieron a jugar. Cuando el sol se estaba escondiendo, el conejito que no hacía otra cosa que pensar en el Amigo, dijo:


-Otra oreja –y se fue a acostar.

 
Despertó tempranito, con nuevas energías. Limpió la cueva y se estaba desayunando con aceitunas caídas, cuando sintió gran alboroto en el bajo. Se acercó corriendo a investigar lo sucedido. Era la mujer hermosa y las otras mujeres. Ahora sus caras resplandecían de felicidad y decían: 



- ¡Ha resucitado! ¡Ha resucitado!

-La cola –pensó el conejito. Y se sentó al pie de un árbol, para resistir a tanta alegría. 

Se tuvo que levantar inmediatamente, porque algo le incomodaba… era un precioso huevo. 

Se fue a sentar al pie de otro árbol. De nuevo la incomodidad… ¡Otro delicioso huevo de chocolate!
 
-La cola – pensó.

 
El conejito comprendió lo sucedido. Había pasado una oreja, otra oreja y la cola; eso eran tres días, y el Amigo había resucitado. Y era él mismo, Blanquito, quien estaba poniendo esos huevos de chocolate. Entonces se apuró. Corrió al pie de un árbol y se sentó. Puso un huevo. Corrió a otro árbol. Otro huevo. Y así de árbol en árbol, fue depositando exquisitos huevos de chocolate, por todo el monte.


Pronto llegaron los niños a jugar. Uno gritó: ¡Ha resucitado! Y era que había encontrado un lindo huevo de chocolate. Después otro gritó: ¡Ha resucitado! Y todos ¡Ha resucitado! –porque cada niño había encontrado un huevo de chocolate.





 FIN

...Y AHORA A DIVERTIRNOS CON ESTE SENCILLO JUEGO PARA TU MÓVIL, TÁBLET U ORDENADOR... 




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 Diseñado por el profesor de Educación Física Miguel Tremps.